Encuentro de Misioneros para preparar la Semana Santa
Celebración inicial
1. Colocar una manta (signo de la comunidad) sobre el piso y sobre ella colocamos diferentes signos que pueden ser: una jarra con agua, un pan, flores, la Cruz, la Biblia, María, un poco de tierra, semillas.
2. En el año de la Vida este es nuestro tiempo y este es nuestro espacio en la historia. Presentamos el Plano de nuestra parroquia. Espacio donde caminamos como Pueblo y Familia de Dios, tierra donde día a día queremos construir el Proyecto de Vida y Liberación que nos propone nuestro Buen Dios.
3. Presentamos nuestro Ser, declarando bien fuerte para que todos lo escuchen, quienes somos los que decimos Sí al llamado de Dios Trinidad que nos invita a vivir en el amor, construir la unidad, sumar nuestras manos, nuestro tiempo y nuestro talento, para que su Reino de hermandad, Justicia y Libertad sea una realidad. Pedimos a los misioneros de manzana que digan bien fuerte el nombre de la Comunidad a la que pertenecen y peguen el nombre de los mismos sobre el plano de la parroquia.
4. Por esta presencia, por esta decisión de decir Si, saludamos con un fuerte abrazo a los hermanos presentes.
5. Expresemos nuestra alegría con un gran aplauso para todos.
6. Y ahora sintiéndonos hijos de un mismo Padre, hermanos de Jesucristo nuestro Señor y dóciles al Viento y Fuego del Espíritu Santo invoquemos su presencia cantando: En el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, estamos aquí.
7. Y también compartimos nuestro quehacer, los esfuerzos que hacemos para edificar día a día el Reino como nos pide Jesús. Lo hacemos eligiendo uno de los Signos que se encuentran sobre el mantel y contamos en qué se parece nuestra tarea en nuestra comunidad con el signo elegido.
8. Levantamos la Biblia, la vamos pasando de mano en mano y reflexionamos: ¿Qué tiene que ver la Biblia con la Vida?
Con la mirada fija en el Señor Jesús queremos volver a escuchar de El, el Evangelio de la vida.
& Juan 10,7-11
& ¿Qué significa “tener vida” para Jesús?
& ¿Por qué entregó su vida en la Cruz?
& Nos dice monseñor Bergoglio: La Vida Plena requiere una Pastoral de “Salir al Encuentro” …
Como Jesús, nosotros sus discípulos, estamos también llamados a “dar, acompañar, alentar la vida. ¿De qué manera podemos hacerlo?
Animador: En un momento de silencio pensemos en gestos, actitudes o acciones que nos animemos a concretar durante esta Cuaresma, para celebrar la presencia liberadora de Jesús en nuestra historia, en nuestra vida cotidiana. Finalizada la reflexión cantamos “Yo he venido” y derramamos nuestras semillas sobre la cruz, como un gesto que exprese nuestro deseo de que abrazados y alentados por la cruz liberadora de Cristo nos animemos con El a generar Vida a nuestro alrededor.
Animador: La vida del hombre, que es un regalo de Dios, debe ser vivida como un total despliegue de nuestro ser. Abrazando la cruz, amando y sirviendo, nos realizamos como persona humana plena. Animándonos a ir construyendo el reinado de Dios hoy y aquí rezamos la oración de la hermandad tomados de las manos. Padre nuestro…
También nos tomamos de la mano de nuestra madre la Virgen María, Nuestra Señora, la Virgen de la escucha atenta, de la oración, la que se comprometió con su Hijo hasta la cruz con la esperanza en la resurrección y en la instauración del Reino y rezamos la Oración por la Vida de Juan Pablo II:
Oh, María aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes: a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Amén
Sintiéndonos tocados por la palabra de Dios pedimos perdón por todas las veces que no sumamos nuestros esfuerzos y nuestros talentos para la construcción del Reino, por todas las veces que no somos instrumentos de paz y amor y generamos discordia, por todas las veces que no nos respetamos y vivimos la división. Canto “Déjame nacer de nuevo”
ÿ Con el propósito de desear lo mejor para los demás, como un gesto de aliento y fuerza para seguir caminando, como un signo de que queremos construir la hermandad: nos damos el saludo de la paz.